10.04.2009

Poema: Sin Título

Hace 12 años mutilé, modifiqué, destrocé y desmenucé el libro poético “Aguila o Sol” de Octavio Paz para elaborar yo misma un "poema" dedicado a mi novio, quien hasta ahora continúa a mi lado, compartiendo esto que hemos llamado vida. No soy poeta, nunca lo fui aunque por un par de años lo pretendí, solo escribí esto sin pensar en nunguna clase de medida o estilo, todo fluyó y ya.

El fantasma de Octavio Paz podría presentarse a reclamar todas mis infinitas adulteraciones, o bien, quien ahora sea el dueño intelectual de su obra, igual, aquí está.

A Gerardo:

Maté cruelmente de hambre al amor
para que al verte devorara el tuyo
súbitamente, te encontré un día al azar
y ahora te palpo con manos ignorantes

Se rompieron todos los lazos con el mundo,
y así también, con la razón y el lenguaje
Y mientras yo te voy desfondando a fondo,
tú me vas desfondando de mi fundamento.

Mientras vacías lenta y calladamente mi ser
de todo con lo que los otros lo rellenaron
yo te llevo como un objeto intocable, único
segura de que es perteneciente a otra edad

Tú presencia me va invadiendo rápidamente
hasta ocupar insensiblemente el centro de mí,
de mis preocupaciones, de mis anhelos, y de mi fe,
peligrosa para mi pequeño sistema de vida.

Tú, como una imponente campana neumática
desalojas pensamientos, recuerdos y deseos;
invisible y callado, te asomas por mis ojos,
y yo por eso tengo la sangre viva.

Penetras siempre por la hendidura de la tristeza
o por la brecha de la alegría haciéndola inmensa
disuelta en mi misma ya nada permitiría
distinguirte del resto de mi, ya eres mi misma

He dejado de defender mi torre encuartelada
imposible levantar murallas contra lo impalpable
has atravesado paredes, rejas y convicciones
esta vestidura y alma que eran bien templadas

Antes vivía entre impulsos y arrepentimientos
entre querer avanzar y retroceder, me escabullía
ahora cierras el paso a memorias que se galopaban
a la entrada de mi alma y que tiranizaban mi frente

Y ahora peso palabras preciosas, palabras de amor,
en la balanza del ahora donde el instante se congela
y se acerca la hora de estallar en una explosión
que dejará una huella, una gran cicatriz en el cielo.

Me salen al paso, en mi interior, presencias insólitas
hasta rozarlas para cambiar, olvidarme de quien era
cambio de piel, de ojos, de reacciones y de instintos
a diario combates cuerpo a cuerpo con mi alma

Ahora contigo sé que no basta dar: hay que darse
te preveo un hombre-sol y a mi una mujer-luna
tú, el primero, libre de todo su poder
yo, la segunda, libre de mi esclavitud

 

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