Reflejo Encharcado Entre Mexicanos y Estadounidenses (parte I)

Como lo dijera Octavio Paz en su libro Laberinto de la Soledad, El mexicano vive entre aguas encharcadas donde está estancado, mientras que el norteamericano vive entre aguas de espejo donde sólo ve el reflejo de sí mismo.

Desde que llegué a vivir a Estados Unidos me persiguió una ambivalencia que va entre la adaptación y la identidad, ni logro adaptarme a la sociedad norteamericana, ni logro identificarme con las comunidades mexicanas en este país, lo cual me causa frustración, ansiedad, y mucha, pero mucha soledad. Vivo entre dos mundos que no logran simpatizarme ni satisfacerme, y después de intentar socializar con ambos ahora rechazo a uno de ellos, al mexicano, y vivo superficialmente y a regañadientes con el otro, el norteamericano.

No debo apuntar ni a una ni a la otra sociedad como culpable de mi actual y creciente fobia social, de ninguna manera, ni siquiera debo responsabilizar a mi madre que al parecer pudo haber sido sólo el origen. No son los estímulos sino las respuestas a los mismos estímulos las que generan un resultado. Cada uno de nosotros respondemos de manera diferente a los estímulos que estamos expuestos. Sin embargo, estas diferentes sociedades si aceleraron ese miedo a la convivencia humana de manera dolorosa y tajante.

Nací en la segunda ciudad con mas mexicanos, Los Angeles, California, lo cual me hace ciudadana Americana, pero el mundo en que viví se ubica en la provincia Mexicana, donde viví desde los seis hasta los veintisiete años. Me identifico con mexicanos de la clase media social de México, y sobre todo con aquellas personas que tienen algún nivel de ambición intelectual. He de confesarme culpable de discriminación hacia individuos de muy bajo nivel cultural, nunca me pareció que valiera la pena entablar lazos con estas personas, a menos que fuera con un interés de investigación y/o apoyo solidario. Nunca ha existido un punto real de encuentro en nuestras conversaciones. Siempre divergimos de manera significantemente en nuestros roles sociales como mujer o hombre, por ejemplo.

Sabemos que las comunidades mexicanas en Estados Unidos están conformadas en su mayoría por individuos que ante una situación de pobreza y falta de oportunidades, se vieron en la necesidad de pasar la frontera de manera ilegal con el fin de otorgar una mejor vida a sus familias, y en lo personal, apoyo y reconozco su esfuerzo. Al igual, lamento profundamente que muchos de ellos sean víctimas de numerosas violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, su bajo nivel cultural me impide identificarme con ellos, y al acercarme existe una desesperante incomodidad cuando los escucho expresarse de sus hijos, sus diversiones, sus gustos, de los "gringos", hablan de una manera de la que jamás hablaría yo, y viven un estilo de vida que jamás viviría yo, vemos el mundo con enfoques totalmente diferentes.

Creo que este problema personal de convivencia con los mexicanos no existiría en otras partes del país, donde pujantes grupos latinoamericanos están sobresaliendo en muchos ámbitos intelectuales. El frío no es el único aspecto que me disgusta de Minnesota, que es ahora mi casa, es también la lejanía con México y esas comunidades latinas a las que me refiero. Y cabe señalar que estoy segura de que por aquí en Twin Cities hay gente latina con mis mismos intereses, el problema es que no se como encontrarlos ni llegar a ellos, o simplemente, ¿Mi fobia está obstaculizando el uso de esos posibles canales?


PARTE II
Pronto.....